lunes


Un cielo antes de dejar de quererte, lejos y perdida, éramos valientes acostumbradxs a repartir la carga de la incomodidad (en la cuerda floja) mirá ¡cuánto bancamos la sequía! Revolvíamos. 

Un minuto antes de dejar de quererte, no tengo nada. Me asustaba la soledad cuando veía lo bien que dormías con vos mismo. El desenlace de la desesperación, fue entrar en razón.  


Mientras tanto en otros infiernos dormí, me consumí y me gustó. 


La vista nítida se ponía, en el fondo del cajón dejé los tiempos dorados. El paisaje no era distinto, la puesta en escena (vos, yo, ahi -y cuantxs más-) nos encontraba esperando que se viniera una tormenta. No te quedes callado, no me digas la verdad. No me sigas mintiendo.

La ausencia no es necesariamente física.

A la vuelta de Plaza Francia entendí que no había que corregir nada: esto no es una cuenta matemática, ni la sumatoria de los puntos del campeonato.Uno más uno no siempre da dos, no hay campeón ni patrón. 


Cada vez veo mejor, me sigue pasando. Quedarán dudas, menos lo que me

pasa. 

Ya entendí lo forzado 

y lo amado, 
lo que me gustaba 
y lo que me limitaba.

Dejé que el dolor me curtiera la piel. Nunca es tarde para volver a nacer. ¿Qué es lo mejor, qué placer encuentro en lo que gano, qué significa realmente perder?

El camino que me lleva a donde soy, tiene olvidos.  Vuelvo a encontrarme. A la vuelta de Plaza Francia, había mucho por ganar, por descubrir; hay tantos ojos por mirar, tantas estrellas por unir. 


Dejaré que ruede como el aire entre las hojas, hasta que llegue el día que no quemen los recuerdos y se apague el dolor.

A la vuelta de Plaza Francia miro mejor, ya no muerdo por extrañarte.

Bien sabes que no muero si no es por la revolución.