lunes

Es como que te quedas paralizado frente a no saber qué decir, qué hacer,  cómo reaccionar.
Es como que te quedas inmóvil, viendo como todo pasa, como todo TE pasa, sin haber hecho algo con intención que suceda.
Es como que te quedas mirando a un punto fijo buscando respuestas, buscando el por qué o simplemente repitiendo una y otra vez "No se". 

Lo único que ves es que todo se cae al fondo sin fondo; que las horas pasan y seguís gastandolas en preguntas sin respuesta. Es que todo el agua que creías calma se enfurece de tal manera que te ahoga. Te sentís ahogado, sí, porque en la garganta no tenes palabras, están cubiertas. ¿Bajar la cabeza? ¿Desaparecer todo lo que tenes para explicar? ¿Es que, realmente, cada cosa que decís tiene tal cuota de hiriente, que causará un desazón, un tifón? ¿Tanto hay que cuidar las palabras cuando las intenciones son nulas de vileza? ¿O será que a las personas no les gusta que le digan lo que no quieren escuchar y por eso es que te condenan a saltar a un vacío que ellos mismos generan con discursos efusivos, hirvientes de ruindad o indignación?