sábado

Es genial como los sentidos se agudizan, te atacan. Es otra cosa. Si, te atacan. No uso en vano las palabras. Los estimulos, los colores, los olores, las lineas de expresión, están para que sean atacados, porque afloran para que podamos sentirlos, lo que nos queda, lo que está para que los retengamos, los hagamos nuestros. Los sentidos atrapan, sacuden nuestra capacidad de percepción al mismo tiempo que a nuestro cuerpo. Cuerpo mas caliente (porque siente, similar a cuando hacemos el amor). Nos amamos en nuestro sentidos. 
Parece como que los sentidos serian una parte distinta en este escrito. Se disfrazan. Encontre la respuesta un momento despues, veras: es necesario tomarse el tiempo para PENSAR. ¿Cuanto tiempo te tomas en pensar? ¿Cuanto tiempo te toma la disponibilidad? ¿Cuanto tiempo te tomas en tomar el tiempo que gastas, en ordenarlo? Merecemos ser libres de una vez y para siempre. Que lo demas no importe nada. ¿No te preguntaste nada nunca? Ayuda ante la pregunta, nos ofrecen. Siempre... siempre nos ofrecen ayuda ante la creativa pregunta. No-te-ofrecen-solución a la respuesta, no se hace cargo nadie. Vuelven esas sensaciones agudizantes para que recuerdes que estuvieron entre tus dedos, que estuvieron con sus dedos, los que me están llevando a escribir estas letras que se hacen palabras como pasa ser una hoja de un arbol, a una hoja del viento. Pasan a ser palabras las letras. Pasan las cosas que hoy vuelven en sensaciones. Pasan las horas que contas, agrupas en tiempo, que agrupas de aguante, de sensaciones que no es que estuvieron, las sensaciones no estuvieron. Las sensaciones no, estuvieron. Las sensaciones estan. Están siendo. Es tan triste. 

domingo

Miro las nubes. Quiero abrazarlas como esa vez. Voy entrando al corazón. Siento su mejilla y creo no saber cuándo se volvió parte de mi tiempo, siento sus manos como si estuvieran en mis manos, y no comprendo en qué momento empezó a matarme, despacio, fuerte, su indiferencia. Un laberinto. Entré en él, entró en mi, entre él y lo que daña. Es que habita mis pensamientos, casi que ha tomado mis recuerdos y se ha instalado allí, ¡me rindo! recurro a su charla, voy yo, pero sin entender en qué momento entró en mi. 

¿Fue cuando lo escuché hablar tan claro, tan seguro, tan paciente, tan fuerte de su convicción? 

Poder conocerlo. ¿Por qué no lo conozco? ¿Por qué creo que lo conozco? ¿Por qué no somos nada? ¿No es infernal esta situación? subir seis veces, en su mejor presencia, y que pasemos a serlo todo. Paso noches hablando. Detestable. ¿Mi error empezó cuando me di cuenta que había tanto para descubrir y de aventurera, decidí buscarlo, mirarlo, reconocer sus ojos y contarle mis debilidades? Subí seis veces a su nube y me entregué. Cargo con mi impaciencia, con mi cabeza, con la virtualidad de mi inseguridad. A las nubes subí seis veces, y mi interior habla de él. Subo y lo encuentro. Me rio. Me suelta la mano. No puede ser real. 



lunes

Voy subiendo hasta tu casa que está hecha de piedra, que está más arriba.  Es difícil mirar para atrás, los hechizos queman, te atraen y te encierran. El sendero es sólo para ir y una vez arriba  ya no hay forma de bajar. Son esas cosas que te atrapan, te cambian y no dan tiempo a pensar. No siempre somos hombres fuertes ansiosos por luchar y encontrar la salida. Todo es raro acá... en la casa de piedra la angustia es pasajera, las ventanas sólo dejan ver nubes que son como un mar, nubes que hacen olvidar. 

Podés llamarme, si querés quedarte, no importa; si hace frío, yo iré a buscarte.
Podés no hablar, si querés escucharme; por momentos yo lo hice también. 
El tiempo está en calma, la suerte está de mi lado y vos sólo tenés que descansar. 
Justo al entrar encontré tu rostro y al verte tan cerca no quise escaparme. 
Lo que escuchamos puede ser tan claro, tan suave, tan suave mientras duermes.