jueves


Ciertas cosas que quiero en mi 2012:Darle rienda a seguir dejándome llevar por la espontaneidad y la locura.
Liberarme de presiones y preocupaciones que vienen a mi pero que YO elijo si recibirlas o no.
Pensar antes de hacer un mundo de excesos y extremos trágicos. Pensar antes de dar por seguro el miedo.
Vencer los miedos que me agarran los pies y no me dejan ser mejor. Yo se: es lo que más me va a costar pero tengo que lograrlo porque es una sensación que te transforma el caracter, el autoestima y las esperanzas. 
Pensé en tomar como meta "bancarmelá" pero no, no hay que bancarse nada que nos haga mal. Demasiado tenemos con la gente que nos trata mal.
Callar es también aprender a esperar el momento para decir.
Esperar, porque me toca vivir esperando, y tengo, debo vivir, porque aprendí a caer parada más de la cuenta y que tropezar no es tan fatal.
Vivir a pleno, cada momento porque cada momento es el último, porque se puede repetir un lugar, una persona, pero las nubes no van a estar en la misma posición, ni el Sol va a pegar igual.
Hablando se entienden los hombres.

Priorizar es amar.Equivocarse es aprender del otro y de sí mismo.
Enamorarse.
Seguir dando amor del bueno, ¿derrocharlo? Si... El amor nunca es excesivo. Y si el otro lo siente así, querido lector, mejor darse la vuelta y a otra cosa mariposa.
El futuro es la continuidad del conjunto de pasos que todos estamos dando ahora mismo y que damos en lo que vivimos de vida: las decisiones que tome, entonces, lo afectará.
No ser siempre sólo yo misma. Darme la posibilidad de mutar cada tanto, ir hacia otros mares, quiero decir, jugármela y pisar fuerte el acelerador, que la adrenalina en un sistema rutinario, da seguridad.
Mutar porque nos gusta el bondi a Finisterre y porque vale la pena la leyenda del futuro.
Seguir sosteniendo los mismos valores e interpretaciones, que forman el pilar de mi personalidad, por sobre todas las decisiones que deba tomar.

lunes



Mirá que linda que es la música. Es más que una experiencia. Dale que podes. Mirá lo que hace... Fijate como la sangre te fluye por las venas al ritmo de los instrumentos, cerrá los ojos y dale un beso a la fragilidad misma, enamorate. Y en esa, convencete que la música hace que tus reflejos reconozcan su movimiento. Convertite. Y mientras respiras el aire de las alturas, intentá salir del envase porque acá la distancia no existe: te podes estirar en la libertad de la inmensidad del que ya no es tu cuerpo, es del ritmo. Acercate al más allá, hay tanto color en la oscuridad, calor, tanta mezcla de sabores que están justamente más allá para que los recibas y para que empieces a entender al mundo desde la vereda de arriba. No solo gira el mundo.