Particularmente a mi me gusta escribir para soltar lo que siento adentro mio. No tengo un pensamiento individualista "lo que me pasa, solo me pasa a mi". Entiendo que siempre alguien va a haber en este mundo que se sienta igual. Entonces elijo escribir y transformar lo que me irrita, lo que me inhibe y lo que me hace feliz para que por casualidad, algún individuo que me lea pueda hacer de mis palabras comunes, la traducción de sus sentimientos.
Partiendo de esto y, con certeza, pensando que alguien pueda hacer suyas las siguientes palabras, me animo a escribir en primera persona.
¿Qué piensan que lleva a una persona abiertisima, siempre predispuesta a conocer, a encerrar sus miedos en una burbuja? Linda caracterización que una persona una vez me hizo ver. Le mando un beso y le pido que me mande un mensaje si lee esto.
Como un capricho, y como una nena que esconde sus juguetes para no prestarlos, tiendo a crear una burbuja donde pongo aquello que me hace feliz, que me cuida y me hace sentir bien para aislarlo, de alguna forma u otra, del entorno en el que se vive, donde hay tantas niños que pueden pretender que preste ese juguete, tan mio, tan preciado, tan único. La inseguridad que me caracteriza, hará el resto.
Intento poner a salvo todo en una burbuja. Pero ese "a salvo" es un control. Es insano pretender tenerlo siempre ahí. Insano por parte de ese juguete que no puede mostrarse por las barreras; que quedará reprimido y que, en un futuro, se volverá en mi contra, e insano por mi actitud tan egoísta.
¿Y a qué viene esa actitud? Nadie lo pregunta. Siempre es palos hacia la personalidad. Y nunca es un por qué.
Me remoto al concepto del entorno. Aquél que controlo a la perfección, cuando se trata de mi, que puedo manejarlo porque yo se lo que pienso; por ende yo se cómo me voy a comportar, será bien o mal o mas o menos, pero lo se porque lo siento. Pero cuando se trata de aquello que tanto quiero y no puedo saber qué piensa con certeza, explotan las inseguridades a flor de piel, y la desconfianza que, aunque parezca que es hacia los demás (el entorno y aquello que me hace feliz), tiene que ver conmigo misma.
Es el cansancio de acostumbrarse a perder. De caer siempre de espaldas por culpa de otro, y realmente es culpa de otro.
¿Viste cuando decís "basta ya no quiero esto"? En mi caso, creo que para no sufrir un bajón emocional, la mejor solución es cuidar lo que hace que mi vida mantenga un equilibrio, valiendome de las conjeturas de mi imaginación, pensando que si no hay intercambios con dicho entorno, no hay nada que motive un conflicto. Equivocación que será tratada en otra nota.
Para finalizar, más equivocados están aquellos que juzgan sin saber y sin estar en el lugar de alguien que intenta sincerarse para tratar de ser mejor o de darse a conocer. Una puerta por cruzar es aceptarse a uno mismo, y apostar confianza en aquello que tan bien te hace, ya que si es así será que hay un gran amor de por medio.