lunes


Particularmente a mi me gusta escribir para soltar lo que siento adentro mio. No tengo un pensamiento individualista "lo que me pasa, solo me pasa a mi". Entiendo que siempre alguien va a haber en este mundo que se sienta igual. Entonces elijo escribir y transformar lo que me irrita, lo que me inhibe y lo que me hace feliz para que por casualidad, algún individuo que me lea pueda hacer de mis palabras comunes, la traducción de sus sentimientos.
Partiendo de esto y, con certeza, pensando que alguien pueda hacer suyas las siguientes palabras, me animo a escribir en primera persona.
¿Qué piensan que lleva a una persona abiertisima, siempre predispuesta a conocer, a encerrar sus miedos en una burbuja? Linda caracterización que una persona una vez me hizo ver. Le mando un beso y le pido que me mande un mensaje si lee esto.
Como un capricho, y como una nena que esconde sus juguetes para no prestarlos, tiendo a crear una burbuja donde pongo aquello que me hace feliz, que me cuida y me hace sentir bien para aislarlo, de alguna forma u otra, del entorno en el que se vive, donde hay tantas niños que pueden pretender que preste ese juguete, tan mio, tan preciado, tan único. La inseguridad que me caracteriza, hará el resto.
Intento poner a salvo todo en una burbuja. Pero ese "a salvo" es un control. Es insano pretender tenerlo siempre ahí. Insano por parte de ese juguete que no puede mostrarse por las barreras; que quedará reprimido y que, en un futuro, se volverá en mi contra, e insano por mi actitud tan egoísta.
¿Y a qué viene esa actitud? Nadie lo pregunta. Siempre es palos hacia la personalidad. Y nunca es un por qué.
Me remoto al concepto del entorno. Aquél que controlo a la perfección, cuando se trata de mi, que puedo manejarlo porque yo se lo que pienso; por ende yo se cómo me voy a comportar, será bien o mal o mas o menos, pero lo se porque lo siento. Pero cuando se trata de aquello que tanto quiero y no puedo saber qué piensa con certeza, explotan las inseguridades a flor de piel, y la desconfianza que, aunque parezca que es hacia los demás (el entorno y aquello que me hace feliz), tiene que ver conmigo misma.
Es el cansancio de acostumbrarse a perder. De caer siempre de espaldas por culpa de otro, y realmente es culpa de otro.
¿Viste cuando decís "basta ya no quiero esto"? En mi caso, creo que para no sufrir un bajón emocional, la mejor solución es cuidar lo que hace que mi vida mantenga un equilibrio, valiendome de las conjeturas de mi imaginación, pensando que si no hay intercambios con dicho entorno, no hay nada que motive un conflicto. Equivocación que será tratada en otra nota.
Para finalizar, más equivocados están aquellos que juzgan sin saber y sin estar en el lugar de alguien que intenta sincerarse para tratar de ser mejor o de darse a conocer. Una puerta por cruzar es aceptarse a uno mismo, y apostar confianza en aquello que tan bien te hace, ya que si es así será que hay un gran amor de por medio.


¿Qué tan poderoso es el método de la insinuación? ¿A dónde queres llegar? ¿Qué queres probar? Sembrador de verificar dudas. Gran recolector de sorpresas. Insinúas porque ya tenes un motivo pre-juzgado (esto quiere decir, que no se insinúa por casualidad) conformado por presentimientos, dudas y pequeños trozos de realidad, que queres y, obviamente necesitas para tu tranquilidad y equilibrio, verificar. Insinúas para que muerdan el anzuelo. Insinúas para evitar decir eso que sentís, insinúas y fingís. Volcas en el otro la confianza y la responsabilidad de una verdad. Por eso pienso que no hay objetividad, y que ésta es nula. Se trata de afirmar verbalmente una intención, dejarla entrever. Insinúas al mismo tiempo que, parafraseando al Indio Solari, dejas la luz prendida para dormir. Insinúas para escapar de los golpes, y del filo de un motivo doloroso. Porque te invade la inseguridad tan entrañada que también se te escapa por los bolsillos. Insinúas cuando no podes frenar, sabiendo que existe un abismo. Y desbordas. Mantener el orden, controlar las emociones y saber distinguir de tu cara y de tu sombra es otra puerta por cruzar.

jueves


¿Qué tan fuertes son esos nudos que te amarran al hielo cuando elevas la vista y te encontras con el cuerpo del miedo? ¿Sos real merecedor eterno de perder tus sueños por un paso en falso, de dejar en punto final ese talento crítico que tan fácil sale los días que brilla el Sol? ¿Crees que tu alma será débil, incapaz de defenderse, frente a alguna decisión extrema que pueda llegar a tocar tu puerta, haciéndose presente, disfrazada de obligación mortífera? ¿Por qué el cansancio es signo de detenerte, de cerrar los ojos para dormir con condición de no soñar, sin creer, para dormir sólo con el fin de despertar en un lugar nuevo, empezando otra vez? ¿Por qué a tu cansancio lo revalorizas poniéndole "un basta" a lo que te agita y no pensas en darle tiempo al tiempo? ¿Tan increíble e imposible es para tu alma pensar en tener la posibilidad, bien existente, de respirar hondo, de poner mayor energía para seguir adelante? El tic-tac rutinario no traza la meta. La cinta de llegada solo la vas a conocer, cuando voltees para mirar todo lo que sembraste. No morir en el intento ni rendirse por los altibajos que se te puedan presentar, es otra puerta por cruzar.



Nunca dejes de abrirte,
no dejes de reirte,
no te cubras de soledad
y si el miedo te derrumba
si tu luna no alumbra
si tu cuerpo no da más
no te dejes desanimar..
basta ya de llorar
para un poco tu mente y ven acá
Estás harto de ver los diarios
estás harto de los horarios
estás harto de estar en tu lugar,
ya no escuchas el canto de los mares
ya no sueñas con lindos lugares
para descansar una eternidad
No te dejes desanimarno te dejes matar
quedan tantas mañanas por andar.

viernes


¿Qué se busca? ¿Qué tan grande es el medio a perder para llegar a esclavizar la necesidad de querer conocer qué pasa y que no pasa? ¿Qué se puede arreglar queriendo saberlo todo? Me dijeron una vez que el destino es tan sabio, que no hay que exigirle de más: él sabe lo que es necesario ponerte en frente, para ayudarte a asumir lo que viene. Es decir, lo que tenes que saber en el momento justo, indicado ¿Para qué hurgar en el agujero chiquito que deja asomar lo indispensable, hacerlo más grande por nuestra cuenta, irremediablemente sin parar, llegando a tal punto donde se termina rompiendo todo, o nos terminamos rompiendo (como más te guste)? Esa costumbre maldita, impuesta por la inseguridad, de querer saber de más, de querer llegar más allá (quizás obsesivamente). Me animo a decir, que tendemos a pensar que realmente podemos llegar a controlar lo que gire a nuestro alrededor. Pero nada que se tenga que padecer, será menos doloroso si hay algo que podamos conocer de antemano. No es un logro adelantarse al destino. Quizás es mejor esperar, y no dejarnos guiar por nuestras obsesiones, si se tienen, o presentimientos, o conjeturas. Seguir confiando en uno mismo, aprender a aceptar que no todo lo podemos saber, es otra puerta por cruzar.