miércoles


No existe lo justo para los que acostumbramos a luchar por ser felices, después de cada gran bajada, después de cada gran tormenta eléctrica. Nosotros, los que pensamos todo movimiento antes de hacerlo por miedo a lastimar a otro (y que no sufra lo que en algún momento nosotros). Nosotros, los que buscamos estar bien, sentirnos participe y ser escuchados, somos los mismos que ante todo, prestamos el oído, una caricia y prestamos atención a tal punto que la entregamos. Nuestra forma de ser es la de rezongar fácilmente, cuando algo no "funca" como lo solíamos imaginar. Construimos ilusiones con posible derrumbamiento en mil partes. Y déjennos decir, que cuando esto ocurre, en más partes, quizás en el triple, nos despedazamos; así estamos: en el terreno de la sensibilidad. Todo lo planeado asienta sus bases en nuestra tierra, en ésta tan particular. Nosotros no jugamos con nuestra imaginación, nosotros la ponemos en marcha para planificar momentos gratos. No, no soñamos con tener el "mejor auto", "el mejor tapado", para circular la idea: no pretendemos llamar a la diosa fortuna para que nos provea de lo mejor material. Soñamos con querer lo mejor para nuestro bienestar. Y detenganse en que les decimos "querer", porque para "tener" en vez, de soñar, hay que hacer lo que nosotros, luchar. No nos interesa los sueños avaros, viajar por el y dar la vuelta al mundo ochenta y un veces. Nos conforma lo justo. Quizás de afuera puedan comentar que "todos nos afecta". En realidad, permiso, corregimos: "afecta a nuestra sensibilidad, la aprieta para ser más específicos y demostrativos, todo aquello que no esté al alcance, ni se parezca (en el más mínimo de los casos) a nuestra ilusión, a nuestro deseo". Y éstos avivan nuestra sonrisa, como así tambien a los desconsolados llantos de pena. No se trata de un capricho, decimos, a quien no tolera nuestra forma de ver. No se trata de inundarnos porque sí en un luto por no tener lo que mas queremos. Se trata simplemente, de querer con todas nuestras ganas de amar, que la vida nos marche bien (hablamos, para ser más precisos, de "eso" que nos mantiene el alma acomodada). Pero si nos miran a los ojos, podremos llegar a sus corazones y ustedes estarán tranquilos, porque se darán cuenta que somos solo seres que, a la vida la vivimos mostrándola bella. No somos tontos, tenemos en claro, que nada es perfecto. Aceptándolo, salimos a tropezar, bien valientes, a idear y trabajar en el futuro que nos espera. Rechazamos ser afectados. Nos preocupa, nos angustia, no tener controlado aquello que nos está haciendo bien, que nos mantiene en equilibrio. Sepan entender, lo difícil que se nos hace vivir, teniendo miedo a sufrir. Sin perder el objetivo a perder el miedo: otra puerta por cruzar